Si alguien te diera la oportunidad, serías la estrella más brillante en su cielo. Serías tazas de café en el aire un lunes por la mañana, sopa casera burbujeando en la estufa durante la temporada de gripe. Serías un domingo por la tarde genial, metido en un sueño, el cielo se encuentra entre un conjunto de dos sábanas blancas. Si alguien simplemente te diera la oportunidad, serías el tipo de pasión intoxicante e insaciable; su capacidad de cuidar sería ilimitada.

Sin embargo, y aprenderá esto de la manera difícil: no todos apreciarán el hecho de que hay una galaxia viviendo en el borde de sus labios. Habrá personas que odiarán el sabor amargo del café con su amanecer, habrá quienes preferirán luchar contra un resfriado solo. Hay personas que no quieren dormir, personas que confunden su emoción con la locura, su sensibilidad con la insensatez.

Habrá personas que no podrán contener todo el amor que eres capaz de darles dentro de sus cofres. Ellos hurgarán con la enormidad de tu afecto; intentarán escindir en tu corazón, colapsar hasta que encajes en las formas y los tamaños de sus necesidades. Te dirán que eres demasiado, demasiado intenso, demasiado suave y debes irte. Debes recordarte a ti mismo que cuando no encajas en los contornos de sus brazos, no es porque seas demasiado grande, demasiado libre, demasiado liberado, es simplemente porque nunca tuvieron la intención de abrazarte en absoluto.



Te mereces el amor que sigues tratando de dar a todos los demás. Eres una raza rara, chispeante y reluciente en un mundo que aún no comprende lo que significa amar con ferocidad. Usted merece encontrar a alguien que no le pida que disminuya su rugido, que está asombrado de la magnitud con la que arde su pasión. Te mereces encontrar a alguien que solo quiera agregar a tu fuego, alguien que use su propio corazón de fósforo para alentar tu pasión, para magnificar tu llama. Hasta entonces, usa el mundo como tu encendedor, usa la experiencia como tu carbón. Haz crecer tu amor como un incendio forestal, y nunca retrocedas por su calor; nunca les dejes atenuar su luz.