El amor te hace alto. El amor, irónicamente, también te derriba.

¿Recuerdas la primera vez que admitiste que, efectivamente, te has enamorado de esta persona? Desde las miradas torpes hasta las miradas soñadoras. Desde la dulce anticipación de su próxima reunión hasta imaginar cómo sería su futuro juntos. Desde esas conversaciones aleatorias hasta las conversaciones nocturnas.

La belleza de los comienzos.



Eran las 4 a.m. y los dos parecían nunca quedarse sin temas de los que hablar. Incluso el hecho más simple y pequeño que descubriste día a día te hizo apreciar a esta persona. Cuanto más se conozcan, más crecerá su curiosidad sobre cómo sería la vida con ellos. Con cada palabra dicha y cada gesto hecho, tu corazón latía y silenciosamente creías que esto podría ser.

Esto podría ser.

Pero a medida que pasa el tiempo y las emociones se calman, comienzas a ver a tu persona como un todo - Sí, incluso las cosas no tan deseables que nunca notaste que poseía. Verá, cuando una relación es nueva, las personas tienden a ver lo que quieren ver entre sí. Todas las cosas buenas, tal vez, parecen dominar el lado oscuro de la persona. ¿Significa que te cegaste? No. ¿Lo bueno elimina lo malo? Aún no. La verdad es que, desde el principio, sabías que tu persona no era perfecta. Lo sabías, en el fondo. Sin embargo, decidiste amarlos. Respaldar su decisión de amar es una elección.



Pero el amor no es fácil.

A medida que la relación crece, la chispa puede desaparecer. Las miradas soñadoras se convierten en miradas sin emociones. La anticipación de su futuro juntos se convierte en el temor de que su relación no prospere para otro día. Hablar parece ser una tarea demasiado pesada.

Te conviertes demasiado familiar con la persona que tu dejar de apreciar el hecho de que todavía estás con la persona con la que solo rezaste una vez.



No reconoces esas palabras y gestos que antes significaban el mundo para ti.

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El amor se desvanece, como todas las demás emociones.

Y cuando el amor se desvanece, no significa que también debas desvanecerte de tu persona.

¿Deberías esforzarte más? ¿Permanecer? O simplemente dejar ir?

Recuerde que la primera vez que admitió que, efectivamente, se había enamorado de tu persona.

Ahora, con esa persona especial en mente, sabes la respuesta a tu pregunta.

Desde el principio, sabías que tu persona no era perfecta.

Estar de pie con la decisión de amar es tu elección.