La mayoría de nosotros crecemos con alguna noción de almas gemelas: este concepto de que hay una persona por ahí, creada a partir del mismo molde o incluso la misma alma. Alguien con quien nos conectamos, más allá de la apariencia, el encanto y los intereses comunes. Una persona que habla igualmente a nuestros corazones, nuestros cerebros, nuestros cuerpos y nuestros espíritus.

Nuestra alma gemela, nuestra prueba de que Platón tenía razón: que somos la mitad de esas magníficas criaturas que una vez asustaron a Zeus. Y eso, al encontrar a la otra mitad de nosotros, nos convertimos en una fuerza tan grande como los antiguos dioses.

Y a la mayoría de nosotros se nos dice que, debido a que este emparejamiento ocurre en un nivel tan divino, tenemos la garantía de encontrarnos, enamorarnos, casarnos y crear una vida con ese compañero.



Pero lo que olvidamos es que, independientemente de cuán espirituales nos sintamos espiritualmente, todavía somos criaturas de la Tierra. Estamos obligados por los parámetros del mundo físico: tres dimensiones, tiempos lineales. Nos regimos por cosas como geografía, biología, composición química. Sinapsis y reacciones químicas y nuestra propia mortalidad.

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Tal vez conociste a tu alma gemela en el lugar correcto, en el momento correcto y, a través de los altibajos, el flujo y reflujo, creaste, viviste y compartiste esta vida junto con ellos.

Pero tal vez tu no lo hagas



Tal vez conociste a tu alma gemela en el lugar equivocado. El mal momento. Demasiado joven, demasiado viejo. Demasiado temprano, demasiado tarde. Quizás había demonios internos que hacían imposible estar juntos. Quizás una u otra persona cometió un error del que no había vuelta atrás.

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Quizás la adicción definió la relación. Quizás el cáncer acorta las cosas. Quizás un día, apenas iniciando su relación, reciba la llamada telefónica que nadie quiere. Un accidente de coche. Una bomba estalló. Un atraco salió terriblemente mal.

Lo que no mencionan en los cuentos de hadas es que este mundo físico y natural es duro, y no hay garantía para finales felices o algo feliz.



A veces tu alma gemela llega en un instante y se va tan pronto.

A veces tu alma gemela no es tu compañera.

Y es entonces cuando cambia la definición de alma gemela. Atrás quedaron los 'felices para siempre y el santo matrimonio. En cambio, llegamos a reconocer que nuestro alma gemela tiene un propósito más grande que los besos en el Día de San Valentín.

Nuestra alma gemela es una fuerza en y para nuestras vidas. Su presencia te eleva, te pone en el camino al que estabas destinado. Te ayuda a ser más tú, y generalmente sin darte cuenta de que lo hicieron. Tu alma gemela resuena tan profundamente que no puedes evitar ser afectado energéticamente.

Tu alma gemela es un despertar, un renacimiento, una comprensión. Tu alma gemela te da una idea de tu propia alma y solidifica las cosas que necesitaban solidificarse. La presencia de su alma resalta las grietas a lo largo de la tuya y te da la oportunidad de curarte, te da la oportunidad de levantarte.

Su conexión te recuerda lo conectado que estás, con todo. Su resonancia con ellos resuena, fortaleciendo las partes que necesita fortificar, cambiando las partes que necesita cambiar, evolucionando de todas las formas que necesita evolucionar.

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Un alma gemela es un recordatorio de tu propia alma.

Y ahí es cuando te das cuenta de que estás rodeado de almas gemelas. Estos lazos con tu alma, las personas que juras fueron casi empujadas a tu vida por la fuerza divina. Gente que te forma de una forma u otra. Gente que sin saberlo te puso o te mantuvo en el camino al que estabas destinado. Personas que te recuerdan tu corazón, tu espíritu, tu propósito en este planeta. Personas que arrojan luz sobre las heridas que necesitan curación. Personas cuya sola presencia te ayuda a sanar.

Algunos que estarán en nuestras vidas de principio a fin. Algunos que vienen solo con un propósito muy específico y luego se van. Pero todos tienen un impacto vital.

Y a través de estas innumerables almas gemelas y compañeras de vida, lentamente construimos una vida maravillosa para nuestras almas.