Cuando siempre estás pensando en el futuro, te estás haciendo un mal servicio. Te estás volviendo loco por problemas que probablemente ni siquiera sucederán. Estás siendo pesimista, imaginando el peor de los casos, incluso si no es el más probable.
Cuando siempre estás pensando en el futuro, creas problemas que en realidad no existen. Te preguntas¿Qué haría si esto sucediera?o¿Cómo manejaría esta situación?- pero es imposible que todos y cada uno de ellos se hagan realidad. Es bueno estar preparado, pero no es saludable ser obsesivo. No es saludable correr un potencial por tu cabeza una y otra vez hasta que te duela el corazón.
Cuando siempre estás pensando en el futuro, te olvidas de disfrutar el presente. No entiendes tu entorno. No ves la belleza en tus amigos, en tu familia, en la naturaleza que te rodea. Tus ojos se deslizan más allá de los buenos momentos de la vida, porque estás viviendo en tus pensamientos en lugar de vivir en el mundo real.
Cuando siempre estás pensando en el futuro, te estresas. Nunca disfrutas la comida que estás comiendo o tus viajes por la carretera, porque siempre estás esperando lo que sucederá después. Te preguntas a dónde conducirán tus acciones en lugar de vivir el momento, yendo con la corriente.
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Cuando siempre estás pensando en el futuro, miras el panorama general en lugar de prestar atención a las pequeñas cosas, los pequeños peldaños que te llevarán al éxito. Pone demasiado énfasis en los eventos que no importan e ignora las cosas que sí lo hacen.
Cuando siempre estás pensando en el futuro, destruyes tu presente. Te convences de que dentro de dos años o dentro de diez será mejor que Derecha ahora. Haces que el futuro parezca prometedor y el presente parezca triste.
Por eso es hora de poner fin a su interminable preocupación. No puedes seguir temiendo potenciales o te vas a enfermar. Te vas a estresar hasta explotar.
Por supuesto, eso no significa que debas pasar por la vida sin pensar en el mañana. Haz lo que tengas que hacer para prepararte para el día siguiente, trabaja duro y luego deja que tu mente descanse. Deja de quedarte despierto más allá de las 2 AM, pensando en el que pasa sihasta que te desmayes. Deja de torturarte con pensamientos innecesarios.
Deja de preocuparte por el mañana, porque hoy mereces la felicidad.