Todo es temporal. La pantalla o página desde la que está leyendo. La silla en la que estás sentado. El cielo azul brillante que pronto se desvanecerá en la noche. El beso que sientes en tu mejilla, calentando tu piel. El viento silbando entre los árboles. Las manos y el toque gentil que intercambias con otra persona.
Todo esto es temporal. Todos los hermosos momentos que pasarán a medida que continúes creciendo y cambiando. Y toda la angustia, la miseria, el quebrantamiento, que pronto se disipará como el rocío con el sol de la mañana.
A veces es aterrador pensar en nosotros mismos como impermanentes, imaginar un mundo más allá de este en el que vivimos, preguntarnos a dónde iremos cuando ya no caminemos por esta tierra.
Pero por más aterrador que sea, también es reconfortante. Porque nos recuerda que no importa lo que estemos pasando, no importa cuán pesada sea la carga sobre nuestros corazones, no importa cuán destrozados y cansados nos sintamos, esa rotura no durará para siempre.
El dolor es solo temporal.
El dolor es solo temporal. Recuerda eso cuando no quieras abrir los ojos. Recuerda eso cuando tu mejor amigo se acerque a la mesa del almuerzo para que no puedas sentarte. Recuerda que cuando no tienes una cita para el baile de graduación, cuando te pones de pie, cuando encuentras que tu pareja le envía mensajes de texto a otra persona.
dificultad para perdonar
Recuerda eso cuando tu abuela toma su último aliento. Recuerda eso cuando tengas que bajar a tu perro. Recuerda que cuando alguien en quien confías te miente en la cara y te sientes estúpido por creerle. Recuerde que cuando su matrimonio fracasa, cuando su hijo se rompe el brazo, cuando no está seguro de en quién o en qué creer. Recuerde eso cuando no sabe si puede encontrar el valor para enfrentar otro día.
Recuerda que lo que sientes ahora no durará para siempre.
Todo es temporal. Estos cuerpos Estas emociones Estos corazones latiendo. Esto da miedo, sí. Pero también liberador. Porque significa que no estaremos atados para siempre. No seremos destrozados indefinidamente. No siempre seremos víctimas de las palabras duras y las acciones enojadas de aquellos que amamos (d).
No será así para siempre. No siempre nos despertaremos y lo extrañaremos. No siempre soñaremos con nuestros padres que fallecieron, ni nos perseguirán los demonios de nuestros pecados. No siempre nos odiaremos, odiaremos nuestras vidas, no queremos continuar.
Porque con el tiempo, nuestro dolor pasará.
Así que por favor espera. Un minuto más. Una hora más. Un día mas. Encuentra algo que te haga sonreír, tal vez una cosa pequeña, tal vez una cosa enorme, y agárralo. Aprenda, segundo por segundo, por qué vale la pena vivir la vida, y recuérdese esto cuando empiece a olvidar.
Llevar a cabo. Lucha. Dite a ti mismo lata sobrevivir. Porque tú será.
Y un día no dolerá tanto. Un día no dolerá en absoluto. Un día recordarás lo que casi te rompe, o qué hizo romperte y verás cómo te has vuelto más fuerte. Cómo lo has superado. Cómo estás tan lejos de esa oscuridad ahora no recuerdas cómo se siente estar sin luz.
Un día verás que el dolor es solo temporal, y verás que siempre tuviste la fuerza para continuar.