Mi corazón anhela un amor imperfecto, sin forma. Uno de los dos aprendemos a construir desde cero, sabiendo y apreciando todo lo que representamos. Uno que podemos aprender a manejar en las tormentas del otro y nunca rendirnos, no importa cuán malo sea.
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Mi corazón anhela un amor sin filtro, crudo, en todos los sentidos de la palabra. Uno que no conoce límites. Uno que no conoce vergüenza alguna. Del tipo que no se esconde, ni siquiera en la oscuridad.
Mi corazón busca encontrar paz y consuelo en otro. Busca a otro para estropear todo su amor y cuidado y ser un grano de esperanza y fortaleza cuando más se necesita.
Mi corazón busca un amor. Uno que no tiene miedo de aventurarse en las profundidades de este mundo, ¿para qué es una vida sin emociones?
Mi corazón busca un amor que le dé poder. Del tipo que no construye uno a expensas del otro. El tipo de amor que conoce sus límites y no requiere que uno se pierda y se convierta en lo que no es solo por amor.
Mi corazón busca un amor. Un amor amable. Uno basado en la confianza y el cuidado. Un amor, tierno, cálido, dulce al gusto. Uno con la mezcla adecuada de agridulce.
Mi corazón busca, no el tipo de amor en las películas, sino un amor que podamos definir. Un amor que es único e incuestionable. Un amor que forja su propio camino donde ninguna alma creía posible.
Mi corazón busca aprender de las peleas, el dolor, cómo ser mejor durante el día, cómo ser humilde y amable.
Mi corazón anhela un amor que sea fiel a su núcleo. Uno que no está cuantificado, ni por nadie ni por nada que deambule por la tierra. Un amor, demasiado precioso para ponerle un precio.
