La felicidad es fugaz. Es esa línea en el monitor cardíaco que asciende al pico más alto pero cae con la misma facilidad, si no antes. Es ese aumento en su nivel de azúcar en la sangre después de una cantidad ilegal de chocolate. Es la alta cafeína engañada después de demasiadas tazas de café negro. Es transitorio y de corta duración. Pasará pronto, y cuando lo haga, dolerá. Pero no como esos clichés de sofocantes pulmones y corazones rotos. No, este dolor va más o menos así.

Habrá ansiedad y usted será una infusión de nervios, susceptibles al más mínimo desencadenante. Cada decepción débil, cada autobús o tren perdido, cada artículo perdido, cada uno será un catalizador.

Y llorarás, sin sollozos, sino fuertes sollozos que te harán temblar. Te dolerá el pecho, lucharás por los pañuelos, pero nunca tendrás suficiente. Siempre te falta, siempre atrasado en lo esencial. Esta realización reforzará el fracaso que es tu existencia y reactivará el sonido de tu dolor.



nunca te conocí pero te amo poema

Vas a colapsar donde sea que estés descendiendo, en una acera a medianoche después de correr demasiadas millas. En un asiento vacío en un tren vacío a una hora impía mientras buscas casa o en el piso de tu armario, disfrutando de la seguridad de su oscuridad. Alcanzará el físico del concreto y el asiento acolchado y se apoyará contra las paredes de su armario y esperará algún efecto estabilizador. Te subordinarás a la fuerza de la gravedad, esperando que te salve y te pese.

Entonces cerrará los ojos, se esconderá de las complejidades visualizadas definidas en su entorno. Querrás la negrura que viene con los párpados cerrados; El color del mundo es demasiado alegórico. Querrás estar insensible, pero la tragedia de tus deseos incumplidos solo continúa. Siempre sentirás, sentirás, sentirás. Siempre llevarás la autenticidad de las emociones crudas. Tus sentidos siempre se agudizan. No puedes escapar. Puedes intentarlo, puedes correr durante horas en carreteras vacías mientras el mundo duerme. Pero sin distancia, sin velocidad, sin tiempo será suficiente. Buscará y buscará entre las sombras esa farola inexistente. E incluso si lo encuentras milagrosamente, parpadeará momentáneamente pero luego morirá. Porque la luz no es una trayectoria de permanencia; sucumbe a la oscuridad como tú.