Las tormentas no duran para siempre. Eso es algo que todos saben, pero cuando se trata de las tormentas que ocurren dentro de nosotros, les dejamos vivir para siempre, les damos una permanencia permanente y sin alquiler en nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras almas.

Dejamos que llueva cada vez que sale el sol porque nos acostumbramos a la lluvia. Nos acostumbramos a llorar después de sonreír.

Nos aislamos del mundo porque pensamos que podría nevar, creemos que el clima podría cambiar y no estamos preparados para eso y creemos que quedarnos en casa es mejor para nosotros porque al menos no tenemos que marchitar la tormenta.



Pero algo acerca de dejarse empapar bajo la lluvia te limpia, algo acerca de enfrentar los vientos mientras sigues caminando te da poder y algo acerca de enfrentar la tormenta y volver a casa de una pieza te hace sentir seguro yinvicto 

Te permite saber que no hay nada que no puedas manejar, que eres más fuerte que las tormentas si eliges serlo. Puedes estar tranquilo en medio de las tormentas porque sabes que pasarán, sabes que eventualmente sale el sol, la lluvia se detiene y si tienes suerte, verás un arco iris después de una mañana nublada o un día lleno luna después de una noche terriblemente oscura.

Y al igual que las tormentas que enfrentamos en nuestras vidas, las tormentas no siempre nos alcanzan, no siempre nos destruyen, no siempre nos hacen pedazos. Simplemente aprendemos a bailar bajo la lluvia, a protegernos de los vientos y a buscar el arco iris una vez que termina la tormenta.



Y cuantas más tormentas vivas, menos te asustan.

Comprenderás que las tormentas son solo parte de la naturaleza, parte de la vida y parte de tú. Comprenderás que incluso si intentas escapar de las tormentas, no puedes escapar de ellas. Te darás cuenta de que las tormentas se envían desde arriba por una razón, están tratando de decirte algo, están tratando de enviarte un mensaje fuerte y Cada tormenta viene con una bendición, cada tormenta destruye algo para reconstruir otra cosa.

Cuando descubras que las tormentas no pueden romperte, aprenderás a ser feliz, incluso en un huracán.