Muchos de nosotros somos preocupados. La vida se mueve rápidamente, y muchas veces puede parecer que apenas podemos seguir el ritmo. Los cambios diarios y los amplios calendarios dejan nuestras cabezas llenas de pensamientos y sentimientos de preocupación prácticamente minuto a minuto. A veces son las cosas del día a día como: '¿Me acordé de cerrar la puerta antes de salir del apartamento'? o '¿Olvidé apagar la cafetera antes del trabajo esta mañana'? Otras veces, es un poco más denso. Pensamientos más en la línea de '¿Me estoy perdiendo en el caos de la edad adulta'? o '¿Cómo voy a poder gestionar todos mis defectos'? A veces, ni siquiera sabemos de qué nos preocupamos exactamente. A veces, simplemente sentimos que nada bajo nuestra piel.

Pero a pesar de todos los sentimientos de fracaso, sentimientos de incomodidad, sentimientos de no ser suficiente, tenemos un poder en nosotros. Algo más grande que todos los obstáculos en nuestro camino. Ante nuestros miedos y obstáculos, tenemos el poder de tratar de mirar hacia algo más ligero. Llámalo ley de la atracción, llámalo oración, llámalo fe ciega, llámalo como quieras ... todo se reduce a una cosa: positividad.

romper el discurso

Mientras más vida respires en las cosas que te hacen feliz, más encontrarás ese tipo de cosas en tu camino.

La preocupación es parte de la vida. Es un hecho inevitable, y a veces es algo que simplemente no podemos controlar. Somos humanos, después de todo. Pero no nos hacemos ningún favor cuando volcamos toda nuestra alma en nuestras preocupaciones. Es un ciclo difícil de evitar. Pero cuando las cosas se ponen difíciles (lo cual puede ser frecuente), trata de encontrar cosas por las que estar agradecido.



Intenta comenzar con algo pequeño. Intenta pensar en pequeñas cosas por las que debemos estar agradecidos, cosas que aparentemente no tienen nada que ver con la situación actual a la que te enfrentas. Quizás tengas una despensa llena de comida en casa. Tal vez solo pueda pagar sus facturas. Luego intenta pasar a algo un poco más grande. Piensa en lo agradecido que estás de tener ciertas personas especiales en tu vida. O tal vez la suerte que tienes de tener un trabajo en una economía como la nuestra. Y después de eso, da un paso más. Intenta hacer que ese sentimiento de gratitud sea aún mayor. Da gracias por el hecho de que tienes un cuerpo capaz y una mente activa. Da gracias por el hecho de que estás sano. Y luego viene la parte más difícil de todas, tratar de ser amable y lleno de gratitud por cualquier experiencia que se te presente, ya sea agradable o no.

Haz tu mejor esfuerzo para estar agradecido de que lo que sea que estés atravesando tenga algún tipo de propósito. Tal vez ese propósito es un poco más grande de lo que puedes reconocer, al menos en el momento presente. Pero cada pequeño paso en falso, deslizamiento o error lo lleva por un camino que le servirá a su futuro yo de alguna manera. Ya sea para ayudarlo a crecer, para ayudarlo a seguir adelante o para ayudarlo a evitar cometer el mismo error dos veces.

Cuanto más tiempo tome para pensar en todas las cosas por las que tenga que estar agradecido, menos espacio parecerá ocupar sus obstáculos. Nuestros desafíos se vuelven mucho menos intimidantes cuando nos damos cuenta de todo lo bueno que tenemos de nuestro lado. La positividad y la luz están ahí, esperando a realizarse en cada circunstancia que nos encontremos. Depende de nosotros si elegimos buscarlo y vivir de acuerdo con él. Y cuando te tomas el tiempo para contar tus bendiciones, incluso en los lugares más oscuros, esa pequeña luz se convierte en tu guía para cualquier punto que esté próximo en tu viaje.