Un alma gemela no es alguien que te completa. No, un alma gemela es alguien que te inspira a completarte.

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Un alma gemela es alguien que no te juzga por tus defectos. Un alma gemela es alguien que ve tus bordes irregulares, que ve las partes de ti que han sido resistidas por el amor y la vida, que ve las guerras que peleas y que elige estar a tu lado. Un alma gemela es alguien que observa cómo confrontas tus cicatrices desde adentro; siempre alentándote a sanar a tu propio ritmo y a tu manera; siempre animándote a seguir adelante.

Un alma gemela es alguien que te reta a desafiarte a ti mismo. Alguien que ve el potencial que recorre tus huesos y que te permite saber exactamente de lo que eres capaz. Te ayudan a abrir los ojos, a aceptar el hecho de que eres poderoso sin medida. Te ven de una manera que nunca has podido verte a ti mismo, y no tienen miedo de inspirarte hasta que finalmente también lo veas.



Mira, un alma gemela es alguien que no teme a tu crecimiento. No sienten la necesidad de cerrarte, para protegerte de ser tan grande como siempre debiste ser. No se sienten inadecuados cuando te ven elevarse, cuando ven algo nuevo dentro de ti chispear. Un alma gemela es alguien que nunca lo vilipendiará por cambiar, por hacer las cosas que siempre se ha retenido de hacer, porque un alma gemela sabe que se está convirtiendo en alguien de quien está orgulloso, y eso es tan hermoso para ellos, que es lo que siempre han esperado por ti.

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Entonces, no, un alma gemela no te completa, te inspira a completarte a ti mismo. Un alma gemela es la persona que apoya tu dirección, que te motiva y te anima a estirarte, a cambiar, a reinventarte hasta que estés feliz. Un alma gemela es alguien que te ama con tanta convicción y tanto corazón, que es casi imposible dudar de cuán capaz eres de convertirte exactamente en lo que siempre has querido ser.