1. Dejas de realizar rituales básicos. No tiene mucho sentido lavarse el cabello, maquillarse o insertar sus contactos. No es que nadie te va a juzgar, porque nadie te va a ver. No tienes a nadie más a quien impresionar y, sinceramente, no te importas lo suficiente como para cuidarte para usted mismo.

2. Piensas demasiado. Como no has estado socializando mucho, tu mente comienza a divagar. Empiezas a preguntarte si tus amigos y familiares incluso que sobre ti ya que no te han registrado. No se han dado cuenta de que te has estado aislando, no se han dado cuenta de que te has vuelto MIA, no se han dado cuenta de que algo está mal. Por supuesto, no hay forma de que ellos contaralgo ha estado mal porque los has excluido. No les has hecho saber lo que ha estado pasando contigo.

3. Te vuelves inquieto. Incluso si generalmente odias salir de tu casa, estar encerrado por demasiado tiempo te hará desesperado por la interacción humana. Te hará querer aventurarte afuera, viajar por el mundo, conocer gente nueva. Te dará ganas de aventura.



4. Pero también te vuelves perezoso. Aunque tengas la tentación de salir de la casa, te mantendrás encerrado dentro. Cuanto más tiempo pases solo, más difícil será conjurar la energía para volverte a insertar en el mundo. Es más fácil seguir haciendo lo que estás haciendo. Te quedas estancado en un ciclo autodestructivo que no estás seguro de cómo romper, a pesar de que eres claramente infeliz.

5. Se te ocurren excusas tontas para seguir haciendo lo que estás haciendo. Si alguien te pide que salgas con ellos, mentirás sobre cómo ya tienes planes. Si alguien te pregunta cómo pasaste el fin de semana, mentirás sobre las cosas emocionantes que has hecho. No quieres parecer patético al admitir que no has salido de tu cama en semanas. No quieres que nadie te juzgue por tu tristeza.

6. Tus celos alcanzan un máximo histórico. Experimentas mucho FOMO cuando te desplazas por las redes sociales desde debajo de tus mantas. No solo estarás celoso de las personas que están pasando un buen rato. Estarás celoso de cualquier persona que tenga suficiente energía para publicar una selfie, publicar una actualización, exponerse de alguna manera.



7. Te preguntas si algo está mal contigo.Te preguntas por qué te cuesta tanto vestirte y salir de casa. Te preguntas por qué te cuesta tanto socializar, ser productivo, vivir una vida normal. Te preguntas si estás jodido de alguna manera, si hay algo en ti que está roto. Te preguntas si las cosas van a cambiar alguna vez.

8. Te das cuenta de que tienes que tomar medidas. Necesitas ir a terapia. Necesitas comunicarte con tus seres queridos. Necesitas salir al sol. Necesitas hacer algo, cualquier cosa, diferente de lo que has estado haciendo porque has sido miserable. Sabes que no puedes seguir aislándote. No puedes seguir escondiéndote y esperar que tu estado de ánimo cambie mágicamente. Usted tiene que tomar medidas. Tienes que empezar a preocuparte más por ti mismo y cuidarte mejor.