Nadie te dirá cuándo es hora de irse. La gente puede dar consejos sobre tu relación, pero siempre se tratará de cómo teóricamente deberías irte, qué tal y tal es un imbécil, cómo eres mejor que ellos, cómo debes arreglar las cosas ... pero nunca cuando es hora de que realmente te vayas.
Nadie te dirá cuándo has aumentado de peso. No me importa lo cerca que estés con un amigo o cuánto creas que alguien te dirá si necesitas reducir la comida rápida, lo minimizarán tanto como sea posible. Existe este terrible estigma que asociamos con el aumento de peso y la gente hará cualquier cosa para evitar decirte la verdad honesta y brutal.
Nadie te dirá que tu vida está predeterminada más que tu propia decisión. Nos gusta creer en la América idealista donde las personas pueden convertirse en quien quieran sin importar dónde comenzaron, pero estadísticamente, eso no siempre se desarrolla de esa manera. A menudo somos los productos de lo que se nos brinda a edades tempranas: la educación que podemos recibir y las oportunidades que se nos ofrecen.
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Nadie te dirá cuándo te diriges a algo doloroso.Lo minimizarán con las razones por las que va a estar bien, y cómo eres tan fuerte y que definitivamente lo lograrás. No te dirán la verdad cuando te dirijas a algo terrible.
Nadie te dirá que tomaste la decisión equivocada. La verdad es que decirle que es una decisión incorrecta no lo ayudará una vez que se haya tomado, por lo que la gente está en silencio por una buena razón. Pero eso hace que sea mucho más difícil cuando intentas decidir si cometiste un error lo suficientemente grande como para requerir un cambio de opinión.
Nadie te dirá que tu infelicidad es un problema que debes resolver, y solo tuyo.Bueno, en realidad lo haré. Porque la verdad del asunto es que podemos pasar toda nuestra vida culpando a otras personas y circunstancias por qué no somos felices, pero eso nunca nos hará más felices. El día que te das cuenta de que tu felicidad es únicamente tu responsabilidad, es el día en que puedes ser feliz.
