1. Aprendiste a tomar 'duchas militares'.

Si no se estaba mojando o enjuagando, es mejor que el agua no esté corriendo. Y Dios no lo quiera, tome más de quince minutos, independientemente de la longitud del cabello.

2. Los sumideros nunca debían usarse con todo el poder.

Estaba condicionado a encogerse ante el sonido del agua saliendo del grifo, y nunca lo dejó correr si se estaba cepillando los dientes o afeitándose.

3. Si no se podía ver directamente desde la entrada de una habitación, existe la posibilidad de que alguien apague las luces.

Mamá o papá siempre estaban en patrulla de luces, así que mira si alguien había dejado las luces encendidas después de salir de la habitación, así que prepárate para gritar cuando estés en el sótano y de repente oscurezca.



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4. Nunca se permitió que dos televisores tuvieran el mismo programa encendido.

Nunca, así que exprésate en la habitación que tenga la pantalla más grande.

5. Tuviste que desarrollar una visión de rayos X para conformarte con un refrigerio refrigerado.

Si el refrigerador permanecía abierto por más de cinco segundos sin que se sacara nada, papá podría detectar la ligera caída en la temperatura de la casa y correr a la cocina.

¡Saca lo que quieras o cierra la puerta!



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5. Si la botella de ketchup se estaba agotando, sabías colocar un cuchillo de mantequilla extra en la mesa.

El hecho de que apretar o golpear la botella no haya eliminado las últimas gotas, no significa que tenga derecho a tirarla. Y si la geometría de la botella niega el alcance del cuchillo de mantequilla, agregue unas gotas de agua y métala en el microondas.

7. Si el aire estaba encendido y tenías frío, lo absorbiste por tus hermanos.

Si se atreviera a sacar una manta mientras miraba televisión, uno de sus padres le preguntaría con entusiasmo: '¿Debería apagar el aire'?

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8. Las ventanas de tu habitación hicieron más ejercicio que tú.

Nunca se pudo descifrar el algoritmo de temperatura de las ventanas de CA de sus padres, pero sabía exactamente lo que querían decir con '¡Hola, estoy apagando el aire'!



9. Era necesario distinguir entre una servilleta usada y no usada.

Tal vez lo decían en broma, pero probablemente no, ya que se sabía que papá reutilizaba todo, desde platos hasta utensilios, y sí, incluso una servilleta ligeramente usada.

10. Arrugar una servilleta después de un uso nunca dejó de incitar una conferencia.

Sí, te limpiaste la boca una vez, pero ¿qué pasa con el otro 85% de esa cosa?

11. Te enseñaron a prestar atención al impacto que tuviste.

Ya sea que se trate de facturas de servicios públicos o emisiones de CO2, ahora te das cuenta de lo importante que es saber cómo tu vida afecta todo lo que te rodea.